Cuando comencé mi camino profesional, no tenía la menor idea de la cantidad de herramientas que me hacían falta para complementar lo que aprendí en la universidad, hay un sinfín de temas que no se incluyen en las carreras y que son esenciales para destacar y enfrentar retos.
Algunas habilidades las fui adquiriendo con la experiencia y/o a prueba y error o como suelo decir, “a golpes”. En otras ocasiones, me acuerdo que solía pedir a mis jefes que nos dieran más cursos para aprender a cerrar ventas, hacer negociaciones, manejar objeciones que no solo fueran temas técnicos. Si bien apoyaban, hacia falta más habilidades blandas para seguir en el camino del desarrollo como organización para generar un proceso de cambio.
Cuando tomé la decisión de independizarme y poner mi consultoría en temas de comunicación, liderazgo y presencia ejecutiva, descubrí un mundo enorme de herramientas, técnicas y teoría que me hubiera encantado me las hubieran presentado antes. Siempre dije, si hubiera tenido acceso a estas antes, me hubiera ido mejor más rápido.
Una de mis grandes pasiones, es poder compartir este conocimiento, estas herramientas, que si bien no es el hilo negro y vienen de generaciones atrás, he descubierto como muchos profesionales no las tienen presentes por que les gana el día a día, el impulso por llegar a la meta, las presiones de sobresalir, haciendo, ejecutando y dejando de estar.
Comento en una de mis publicaciones recientes La diferencia entre hacer y estar para hacer que las cosas sucedan, describo la diferencia entre hacer, hacer, hacer y no estar. Apoyado del desarrollo de la organización para generar procesos de cambio, descubrirás mayor trabajo en equipo, mayor colaboración, personas que están más en su centro y dispuestas a ofrecer valor.
Este año que pasó, uno de lo principales recortes en presupuesto fue para el desarrollo de las personas. En mi opinión esto debe ser prioridad, no solo porque me dedique a esto. El factor humano es esencial para conseguir resultados y que continúe con la evolución de las organizaciones. En esta crisis, hemos sentido miedos, incertidumbres que hemos pasado y que entre mis clientes, muchos piensan que son a los únicos a los que les pasa.
Pocas veces conectan con otros para preguntar si están viviendo lo mismo por miedo sentir vulnerabilidad. Muchas personas han pasado por emociones que son diferentes para cada uno sin embargo, todos han vivido de una u otra forma la angustia que provocó el virus de COVID19. En la mayoría estas emociones impiden que puedan ver con claridad, que encuentren un camino que los lleva a tener ideas innovadora, a buscar recursos diferentes, a encontrar con creatividad diferentes formas de enfrentar sus retos.
Este proceso es complicado llevarlo solo, y es por eso que creo que cuando las organizaciones invierten en programas que impulsen el desarrollo organizacional, es cuando salen de estos vicios ocultos que evitan este proceso de cambio.
Cuando las personas sienten que los valoran como seres humanos, que les brindan apoyo para que aceleren su potencial, fortalecen su capacidad con estas habilidades blandas y les impulsen a alcanzar resultados, es cuando se generan ideas y resultados de impacto. El Retorno en esta inversión es monumental.
Cuéntame, ¿Tú como líder en tu organización o como promotor de cambio, qué estás haciendo para apoyar el desarrollo organizacional como proceso de cambio?
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